Cuando esta abuela rubia pidió una pizza por teléfono, pensó que vendría un repartidor alto y fuerte para excitarse viéndolo, pero esta vez ha venido un negro que es nuevo en el oficio y que no sabe lo que le espera. A ella entonces se le abre el apetito sexual ya que no había probado una polla de color y quiere conocer el sabor de su leche. Esta sesión interracial intergeneracional será demasiado sabrosa para ver.

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