Este hombre no podría creer lo que le diría esta abuela de 71 años, cuando lo invitó a pasar un buen rato en su casa. Él pensaba que iría a comer galletitas y té y conversar un rato con ella, pero al llegar se la encontró totalmente desnuda pidiéndole que le diera una buena dosis de sexo. Al ver sus tetas colgando y su coño tan caliente, aprovechó el momento para echar un polvo que nunca imaginó que sería tan sabroso.

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